domingo, 1 de noviembre de 2015

El Campo de batalla

El Campo de batalla con el enemigo es la mente. Al mencionar un campo
de batalla presupone una guerra donde el enemigo es satanás, tratando de
levantar fortalezas negativas mediante estrategia y engaño.
Desesperanza, abatimiento, desesperación, dolor, desilusión, pesimismo,
enfado, duda, agobio, son las armas para levantar esas fortalezas que
impiden disfrutar la plenitud de Cristo.
Ganar esta batalla produce los siguientes efectos:
• Indicios de madurez
• Autosuficiencia
• Llevarse bien con otros
• Autodominio
• Aceptar el sufrimiento, las dificultades, y los contratiempos como motivos para crecer.
• Tener perspectivas de corto y largo alcance.
• Orden en lo mental.
• Tener interés en el bienestar de otros.

El resultado más importante es comenzar a tener con Dios una relación como padre, una paternidad que abarca también que Dios es madre tal como lo representa Mateo 23:37.
Esa relación con Dios como padre nos dará certeza de que El no crea basura, ya que creó al hombre, vio que era bueno y le dio su bendición (Génesis 1:28). Antes que cualquier situación nos dañara, entendemos que Dios nos amó primero y El nos tocó primero. (Salmo 139:13-16)
Ninguno de nosotros es una equivocación Dios tiene hijos escogidos desde el vientre de sus madres.
Dios nos hizo semejantes a El, nos creó para redimirnos, para ponernos nombre, renovarnos en el espíritu, a su imagen, para tener autoridad, para elegir la vida en cada decisión, para alabar a Dios.
Fuimos escogidos y adoptados por El, renovados en nuestra manera de juzgar, para ser sellados por su Espíritu, para que nos gocemos, para apoyarnos en El, para saber todo lo que nos ocurre, para toda buena obra.

Nos dio forma en el seno materno. Allí todo niño siente lo que sus padres sienten por él, absorbe las circunstancias de su entorno y puede reaccionar ante las distintas circunstancias.
El Dr. Thomas Verny quien escribió el libro "La vida secreta del niño antes de nacer” da ejemplos reales de cómo determinadas circunstancias y ambientes que rodearon a la madre durante la gestación fueron causa de traumas, patologías, etc.. pero también de actitudes y cualidades positivas, dependiendo de si éstas fueron gratificantes o no para la mamá y el feto. Exponía que el feto tiene desarrollados sus sentidos desde la segunda mitad del cuarto mes, y que de una manera especial podía escuchar lo que le rodeaba, en especial la voz de la madre, y poniendo él atención en los sonidos que a la madre le agradasen o relajasen. Este autor sugiere al amor como fuerza sanadora.
Sal.22:9 “Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario