“Una persona sin control
propio es como una ciudad con las murallas destruidas” (Proverbios 25:28 NTV).
En la antigüedad las ciudades estaban rodeadas por murallas y si esas murallas eran destruidas perdían el control de la ciudad frente a sus enemigos. De la misma forma cuando no tenemos límites en nuestras vidas dejamos que cualquier persona tome las riendas de nuestras vidas.
En la antigüedad las ciudades estaban rodeadas por murallas y si esas murallas eran destruidas perdían el control de la ciudad frente a sus enemigos. De la misma forma cuando no tenemos límites en nuestras vidas dejamos que cualquier persona tome las riendas de nuestras vidas.
Debes
entender que no podrás tomar las riendas de tu vida mientras estás agobiado y creas que eres responsable de la vida de los que te rodean. Señala tus límites y vive
la vida que Dios te ha dado.
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1) Ponen orden a nuestra vida
2) Nos permiten tener una idea clara de quienes somos.
3) mejorará nuestras relaciones con los demás.
Saber reconocer y establecer límites nos permite ubicar a los demás en su TRATO HACIA NOSOTROS.
Los límites SANOS nos protegen de la agresión, la mezquindad y la falta de consideración de los demás.
Permitir que alguien abuse de nosotros o nos hiera, aunque sólo sea verbalmente, no implica que esa persona sea superior a nosotros. El único modo de lograr relaciones de respeto mutuo es establecer LÍMITES CLAROS,que marquen hasta donde puede una persona entrar en NUESTRO TERRITORIO, y en qué punto pasa a ser una invasión.
Limites sanos:
1)Tu propia salud y bienestar son importantes.
2) Tienes derecho a que te traten con respeto.
3) No serás manipulado ni obligado a hacer cosas que no quieres hacer, incluso si la otra persona está tratando de hacerte sentir culpable.
4) No permitas que otros te griten, te hagan sentir mal por tu forma de ser o por lo que estás haciendo.
5) No culpes a otros por algo que es tu responsabilidad y no permitas que otros te culpen por algo que no es tu responsabilidad.
6) Mantén tus emociones separadas de las de otras personas, sin importar si sientes empatía con las personas que te importan.
7) Comunica tus necesidades de forma asertiva y trata de cooperar con otros si es posible. Esto ayuda a mantener el respeto mutuo.
La persona asertiva logra establecer un vínculo comunicativo sin agredir a su interlocutor, pero tampoco sin quedar sometido a su voluntad. Por lo tanto, puede comunicar sus pensamientos e intenciones y defender sus intereses.